jueves, 15 de mayo de 2008

Mi cumpleaños.

Mañana aceptaré el regalo anual que la vejez me entrega. Le vería con más entusiasmo si ello significara un año menos de todo; un año menos de mártires papeleos, un año menos de futuros desamores, de menos sábanas y piel.Y la verdad es que con el día bajo los pies y el futuro sobre el cráneo, no he aprendido si no a repudiar la existencia. Podría escupirle al mundo mañana y siempre. Soy el mundo y todo lo demás. En mi todo no existimos más que yo y la humanidad, que ciertamente es una degradación de mi mismo. El problema es que me detesto; No puedo respirar sin querer dejar de hacerlo. No sé caminar junto a autopistas sin desear lanzarme a esas fieras motrices. Y para más remate la vida me regala un cumpleaños, la sumatoria de todo lo imperfecto personificado en un pastel con velas y colores brillantes. Lo peor es que la idea de estar rodeado de canciones alegres y regalos de papeles exóticos, me excita a niveles incontrolables. Una euforia incontenible de socializar con migo mismo (porque yo soy la sociedad) me remonta hasta esos límites en los cuales pierdo la cabeza y comienzo a hablar profano, y me olvido de mi mundo, y sé al universo como distante, y amenamente creo que la realidad no se oculta sólo en mi cabeza. Supongo que me estoy volviendo estúpido, y de la estupidez viene todo lo demás; Como hablar profano, como olvidarse del mundo, como saber al universo distante, como creer que la realidad se oculta en la sociedad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Feliz cumpleaños (: