Recuerdo los años cuando comencé a escribir los primeros cuentos que hallé coherentes y casi esenciales. Hoy en día la esencia la veo como a un defecto, lo que busco ahora es traspasarle sangre al escrito, no sentimiento, no emoción, si no darle existencia propia, regalarle sangre, carne y huesos. Que el texto se valga por sí solo y no por la explicación del autor...
Volviendo a lo primero, para ese entonces, quizá en el 2005, ansiaba dedicarme a la bohemia pura, a desarrollar toda la prosa y todo el verso a modo perfecto. Claramente nunca lo logré, es más, la fatalidad de incluir el sentimiento como fuente prima de inspiración me cortó las alas, como diría mi lectora.
Los sentidos te engañan, dijo ya antes Sócrates y Platón, y en la literatura es lo mismo. No hay peor manifestación que se valga únicamente de los sentidos, del subjetivismo interiorizado, del sentimiento personal; La prosa sale sucia, la narración se entiende únicamente por el autor, y casi siempre está dirigida hacia ese inconciente del cuál nunca se manifestarían palabras concretas.
No confundir, por ejemplo, con escritos del romanticismo, naturalismo o el realismo, basado únicamente en los sentimientos de rechazo hacia el medio social en el cual los autores se desarrollan. A diferencia, estos movimientos literarios se basaban en un sentimiento objetivo, en una idiosincrasia, en el reflejo del mundo bajo sus espaldas.
Bueno, hoy leía uno de mis primeros cuentos, a diferencia de todo lo anterior, este micro-cuento mal escrito, basado en el sentimiento, se lee sincero e incluso más limpio de muchos otros escritos que tengo en la actualidad. Me pregunto si cuando se es menor la vida parece más honesta. Quizá el mismo hecho de apegarse a los sentimientos hará del ser humano un ser crédulo, adoptando el mal interno y la inconformidad de la sociedad como realidad única. El humano no discrepa entre real e irreal cuando se es menor, sencillamente se adopta todo. Aún se está en constante aprendizaje mecánico (conocer, escribir, sumar, pensar, moralizar, etc)
Dejaré que mi cuento hable por si solo, dejaré que viva por un instante, dejaré que sus letras sean libres durante lo que quede del día. Me gustaría corregirle, pero sin duda ello significaría un crimen literario e histórico.
Rencor de un silencio al viento:
Cobijé mi mirada por sobre los ojos de mi fiel amigo, ya era hora de partir. El cielo guardaba una gama de colores marchita en el viento. Yo lo miraba, quería abrazarlo y despedirme de él, pero mi orgullo siempre se mantuvo en alto aún a costa de mentir en mi mirada. Todo se estaba acabando y solo mis labios lloraban por tocar su esencia. La noche estaba a horas de esfumarse y una mirada efímera me volteó el rostro, seguí mi paso a lento caminar y al cabo tres pasos recordé que lo amaba...
Volviendo a lo primero, para ese entonces, quizá en el 2005, ansiaba dedicarme a la bohemia pura, a desarrollar toda la prosa y todo el verso a modo perfecto. Claramente nunca lo logré, es más, la fatalidad de incluir el sentimiento como fuente prima de inspiración me cortó las alas, como diría mi lectora.
Los sentidos te engañan, dijo ya antes Sócrates y Platón, y en la literatura es lo mismo. No hay peor manifestación que se valga únicamente de los sentidos, del subjetivismo interiorizado, del sentimiento personal; La prosa sale sucia, la narración se entiende únicamente por el autor, y casi siempre está dirigida hacia ese inconciente del cuál nunca se manifestarían palabras concretas.
No confundir, por ejemplo, con escritos del romanticismo, naturalismo o el realismo, basado únicamente en los sentimientos de rechazo hacia el medio social en el cual los autores se desarrollan. A diferencia, estos movimientos literarios se basaban en un sentimiento objetivo, en una idiosincrasia, en el reflejo del mundo bajo sus espaldas.
Bueno, hoy leía uno de mis primeros cuentos, a diferencia de todo lo anterior, este micro-cuento mal escrito, basado en el sentimiento, se lee sincero e incluso más limpio de muchos otros escritos que tengo en la actualidad. Me pregunto si cuando se es menor la vida parece más honesta. Quizá el mismo hecho de apegarse a los sentimientos hará del ser humano un ser crédulo, adoptando el mal interno y la inconformidad de la sociedad como realidad única. El humano no discrepa entre real e irreal cuando se es menor, sencillamente se adopta todo. Aún se está en constante aprendizaje mecánico (conocer, escribir, sumar, pensar, moralizar, etc)
Dejaré que mi cuento hable por si solo, dejaré que viva por un instante, dejaré que sus letras sean libres durante lo que quede del día. Me gustaría corregirle, pero sin duda ello significaría un crimen literario e histórico.
Rencor de un silencio al viento:
Cobijé mi mirada por sobre los ojos de mi fiel amigo, ya era hora de partir. El cielo guardaba una gama de colores marchita en el viento. Yo lo miraba, quería abrazarlo y despedirme de él, pero mi orgullo siempre se mantuvo en alto aún a costa de mentir en mi mirada. Todo se estaba acabando y solo mis labios lloraban por tocar su esencia. La noche estaba a horas de esfumarse y una mirada efímera me volteó el rostro, seguí mi paso a lento caminar y al cabo tres pasos recordé que lo amaba...