Yo extraño extrañar al no pensar; A la parodia perfecta, a la vida sin sangre.
Quisiera querer a los amigos desiertos tanto como al llanto cerrado, siendo el silencio y la incongruencia de todo. Culpables al final de cuentas.
Sí- me decía- Pero hay cosas que son imperdonables, perdonar por ejemplo la caía de tu todo no cabe en dar explicaciones.
Nadie olvidará lo imperdonable, aún cuando amen vacíos estar por siempre y nunca jamás detestarle.
Yo extraño extrañar al no pensar; A la parodia perfecta, a la vida sin sangre, a desnutrir la materia gris, a quedarme sin núcleo, a llorar sin lágrimas, a construir ciudades sobre asentamientos usados.
Creeré cuanto piense razonable; No discriminaré entre los atajos posibles, no proyectaré el ruido hacia sueños tranquilos, no salvaré el júbilo sólo por fascinación adorable.Y el mundo no se detendrá sólo porque un genio fallezca, no habrá menos gritos sólo porque el estallido niegue la existencia. Será una mención imperdonable para el actuar poco razonable. Comenzará la vida a derretirse sin pensamiento, a quemarse sin flama, a pensar sin calor. Entonces- me decía- no habrá rincón ameno para asesinar sin justicia. Existiremos nada más que para morir a cada segundo, para negar el tiempo, para señalar que el ser será uno, para girar sin moverse, para asesinar sin morir, para mentirle a la justicia.Tendré que escribir más acerca de tu existencia, pues letras como éstas no tendrán cavidad dentro de tus recuerdos. Engendraré mil veces el mismo contenido y aún así entenderás por escrito a complementos asesinos. Me dirás que mis cartas son sólo adornos, me quebrarás el mundo limpiando adjetivos repletos de todo, que para ti son nada. Me llenarás de vacío infame y por último habrás de actuar sin cuerpo, y comerás tierra, y te creerás salvaje, y llorarás sobre el asfalto, y matarás la carne, y mentirás a cada instante, y tu accionar será poco coherente, poco razonable.No te alejes de las sobras carcomidas de falsa manera, no intentes digerir poesía, no rompas en llanto.
Yo extraño extrañar al no pensar; A la parodia perfecta, a la vida sin sangre.